15 de Septiembre de 2016.

5ª Etapa.

Hospital de Órbigo (León) - Molinaseca (El Bierzo, León).


Hora de Salida: 8:00
Hora de llegada: 16:15
Kilómetros: 65 Km.
Desnivel acumulado: 880 mts.
Alojamiento: The Way Hostel, Molinaseca.
Destacable: Astorga y Subida a la Cruz de Ferro.


Ayuntamiento de Astorga.
   

    Después del agua de ayer y temiendo que el día no iba a ser mejor hoy salgo de largo, por la mañana el desayuno de rigor, esperando las primeras luces, estamos en Septiembre y hasta que no dan las ocho de la mañana no se puede salir, así que aquí estamos Alberto y yo preparados para la etapa de hoy, la empleada de la estación de servicio nos abre el cuarto donde durmieron nuestras bicicletas, una pequeña limpieza de la cadena y las barras de suspensión y con todo dispuesto vamos a la tarea.

A la mañana es fácil encontrarse con
muchos peregrinos.
    La ruta se puede hacer paralela a la carretera o dando un rodeo por Villares de Órbigo, son cuatro kilómetros más pero merece la pena, iremos por campos y dejaremos de lado, por un momento la carretera N-120, carretera de Logroño.

    Por este recorrido pasamos por Santibañez de Valdeiglesias, el camino rural está en muy buenas condiciones, con un suelo de tierra bastante prensado en la que el rodar no se hace nada pesado, el camino en esta primera parte del día está salpicado de los madrugadores peregrinos que vamos poco a poco alcanzando, éstos han salido más temprano, ya para el mediodía éstos han hecho la labor.

    Como estamos los dos, Alberto y yo, aprovechamos para hacernos fotos en los sitios más pintorescos que nos encontramos, como con el maniquí saludando a los peregrinos.

La casa de los dioses
    Un poco antes de llegar a un curioso paraje llamado La Casa de los Dioses, nos despedimos, ya que llevamos ritmos distintos, aquí en La Casa de los Dioses, al peregrino se le ofrece una pieza de fruta o bebida a cambio de la voluntad, ah y de poner el sello en la credencial.
   
    Seguimos más adelante y nos encontramos con la Cruz de San Toribio, en cuya explanada, nos encontramos, esta vez a un tipo que tocando la guitarra, y por unas pocas monedas nos hace una serie de pareados.

    Lo dejo cuando estaba cantándome una oda y descendemos hasta San Justo de la Vega, a su salida pasamos por el Río Tuerto, para llegar a Astorga nos queda una recta de dos kilómetros, antes de adentrarnos en Astorga, primero pasaremos por un puente medieval con el que atravesamos  el Arroyo de la Moldera, para luego pasar por una pasarela de estructura metálica con bastantes vueltas para salvar la línea de ferrocarril Palencia-La Coruña.

Campanas del ayuntamiento de Astorga.
    Nada más pasar la rotonda que nos da la bienvenida al más puro estilo romano, Asturica Augusta, subimos por una calle un tanto empinada pasamos por delante de una escultura de un viajero, enfrente una Iglesia con la fachada característica de piedra, dónde en su lateral están a la vista unas excavaciones de los restos romanos de la ciudad, continuamos las indicaciones del camino y llegamos a la plaza del ayuntamiento, éste es un excepcional edificio que como bien delata el reloj del ayuntamiento son las 10 de la mañana, así que tuve la suerte de ver a los Maragatos como tocaban las campanas.

    Llego a la Plaza de Eduardo de Castro, dónde me encuentro con la Catedral y con el palacio episcopal, con el característico de inconfundible diseño del arquitecto y constructor Antonio Gaudí.

Catedral y palacio episcopal.
    Accedo a los jardines del palacio episcopal por la entrada del museo, donde también se pueden comprar las entradas para visitar su interior, cosa que no hice, ya lo que me faltaba, si me entretengo con dos piedras una encima de otra de aquí entonces, no salgo.

    Bueno después de pedirle a unos turistas que me retrataran con la obra de Gaudí al fondo, me marcho paraa ver la fachada principal de la Catedral, como siempre en vez ir por el camino más corto, osea por la plaza, doy un rodeo, gran rodeo, por las calles del casco antiguo, ya que la disposición de las calles son un tanto enrevesadas.

    Bueno termino yendo a la fachada principal en dirección contraria al Camino de Santiago, en esto que me vuelvo a encontrar al bicigrino de Madrid, Carlos creo que se llama, nos saludamos intercambiamos impresiones del camino y nos despedimos hasta otra, yo me quedo en la fachada de la Catedral intentando buscar esa foto que me cero que es única y la han hecho todos los turistas.

    Para la salida de Astorga no hay más que seguir las indicaciones del Camino, llegaremos a un cruce que nos indica que Sta. Colomba de Somoza está a 16 Km. la carretera esta flanqueada con arbolitos a ambos lados que todavía dan poca sombra, cuando llevamos cuatro kilómetros un chasis de una moto en forma de monolito, seguro que recuerda a algún motorista que debió tener un fatal accidente en ese punto.
Ermita del Ecce Homo.

    Más adelante nos encontramos con la ermita del Ecce Homo, aquí una amable señora que estaba en la puerta nos invita a entrar, a parte de poder sellar en la credencial intercambiamos unas palabras, me imagino que sería del tiempo y alguna otra cosa banal, el caso que entre una cosa y la otra a la hora de firmar en el libro de visitas terminé llevándome el bolígrafo, como todos los peregrinos sean como yo no le dan las propinas que se efectúen, como en mi caso unos 20 céntimos.

    Más adelante a dos y medio kilómetros, en Murias de Rechivaldo, siento la necesidad de hacer una parada de esas que la naturaleza te obliga, así que paré en una pequeña cafetería, llamada Bar Cris, ahí, aproveché a tomarme un café con leche, oye al mismo precio que en casa, despachando con el camarero resulta que conoce el pueblo de Clavijo (la Rioja), ya que Murias de Rechivaldo y Clavijo, están hermanados y que él ha estado en alguna ocasión celebrando algún acto de su hermanamiento.
Al fondo, Sta. Catalina de Somoza.

    Ya con el cuerpo libre de la sensación fisiológica que me atrapaba, salimos deMurias de Rechivaldo  en ligero ascenso, por un camino de tierra apartado unos metros pero paralelo a la carretera, bastante bueno para rodar, llego a Sta. Catalina de Somoza, dónde a su entrada, me encuentro con un gatito, muy feo  pero chiquitín y cariñoso, lástima que en ese momento me estuviese comiendo un melocotón y yo no podía atender su hambre ya que creo que buscaba aluna que otra chocolatina.

    Cruzo el pueblo, con sus bares restaurantes y albergues, a cuatro o cinco kilómetros llego al poblado de El Ganso, curioso mesón Cowboy, en el que olía bastante a hierbas y no eran precisamente chupitos, aquí paro para echarme el sello mientras en el exterior un vecino de la zona se afana en hacer bastones de madera para los caminantes.

    El camino empieza a ser cada vez más pendiente, llegamos a Rabanal del Camino, es la una y media de la tarde y es buena hora para coger fuerzas e ir preparándose para el ascenso del puerto más alto del Camino de Santiago, el aire que sopla en contra es bastante molesto y frío, por lo que a la salida del pueblo encuentro el sitio perfecto para resguardarme, es un lavadero en el que me puedo refugiar.
    
Lavadero de Rabanal del Camino.
    Me como el bocata de una barra de pan entero y un par de melocotones, antes de reanudar la marcha, para protegerme del aire, me pongo la bolsa del supermercado en la pechera a modo de parapeto, por cierto me vino muy bien.

    A partir de este punto, es cuando me recomendaron que ante la lluvia que empezaba a arreciar lo mejor sería ir por la carretera, es una carretera de montaña con poca circulación, lo que hice fue coger el primer tramo por una senda para probar a ver que tal estaba el piso, la cosa parecía que pintaba bien, hasta que llegué a una zona en la que ya la existencia, cada vez más numerosa y extensa de charcos me obligaron, en un cruce con la carretera a salir a ella, y eso que la vi bastante entretenida, así que comprendí que mi destino era coger el asfalto, así que libré de ensuciar la bici que no he ensuciado desde mi salida desde casa.

Senda que tuve que dejar por la existencia mas adelante
de barro.
    En este tramo de senda, hay dos bancos para descansar y en uno de ellos hay dos plaquitas metálicas, en recuerdo a alguien fallecida, una con el nombre de Conall y otra con el de Johnny ambos de Irlanda.

    Así que con el barro amenazándome salgo al asfalto de la carretera LE-142, ahora marca el kilómetro 25, las nubes están altas y pegadas a la cumbre y todavía no hacen acto de presencia, así que cuando más ascendemos el paisaje es más bonito, con la vista de los montes de León.

En la Cruz de Ferro con la piedra
que cogí en La Grajera.
    Rabanal del camino está a 1.150 mts de altitud vamos ascendiendo hasta Foncebadón  a 1.430 mts, quedan 2,5 km de ascenso para el mítico alto de la Cruz de Ferro, ahora si que hemos alcanzado las nubes que se torna en una densa niebla, sin ver mucho más allá veo una pintada en el asfalto a modo de tour de Francia que pone un kilómetro, ya estoy casi en la cumbre.

    A unos 200 mts antes de llegar a la cumbre cojo la senda que va a lado de la carretera, no va a ser todo asfalto, de esta manera llego a la Cruz de Ferro.

    Hace un tiempo infernal con frío, aire y algo de llovizna, cumplo con la tradición de dejar a pies de La Cruz de Ferro, la piedra que cogí en Logroño en el parque de La Grajera.

Albergue de la orden de los Templarios,
 Manjardín Signos de Ciudad.
    Las tres de la tarde hora de ir emprendiendo la marcha, no quiero pasar mucho frío, que lo hace, así que después de bajar un poco llegamos a Manjarín Signos de Ciudad, un refugio regentado por Tomás Martinez, el último templario que ayuda a los peregrinos en la difícil etapa de La Cruz de Ferro, en su camino hacia Santiago de Compostela. no pude pararme a verlo debido al mal tiempo.

    Ascendemos un poco más, para recuperar la altitud perdida y es la hora de la deseada bajada, complicadísima por el Camino así que hay que hacerla obligatoriamaente por la carretera, según vamos descendiendo dejamos atrás las nubes que estaban pegadas a la cumbre, empieza a templar la temperatura, bajaremos con precaución, nos esperan cuevas cerradas y el asfalto está resbaladizo por la lluvia recibida, aparte, hay que ser conscientes de que llevamos 10 kilos de alforjas y los frenos no tienen toda su eficacia al están mojados.

Descenso desde La Cruz de Ferro con su serpenteante carretera.
    En el descenso atravesamos el bonito pueblo de Acebo de San Miguel, la carretera se convierte en una calle en la que el asfalto se ha convertido en hormigón salteado con cantos rodados, a ambos lados de la calle las fachadas de las casas de piedra te invitan a parar y contemplar el lugar.

Acebo de San Miguel.
    Seguimos descendiendo durante casi diez kilómetros hasta Molinaseca, pero antes pasaremos por Riego de Ambrós donde ni siquiera paré debido a la velocidad aque levaba y no ver nada que me llamara la atención.

     A las Cuatro y cuarto llego a Molinaseca, sin darme cuenta me paso el cruce que debía tomar para ir al Hotel que nos va a albergar esta noche, me interno en en la calle principal y cuando se me acaba el pueblo compruebo que me he pasado, pregunto por el hotel en una tienda de ultramarinos, que tenía a modo de expositor un tocadiscos con fruta en el plato y un pimiento levantando el brazo, para que este girase, muy amablemente me indicaron la dirección correcta.

    Cuando llego al Hostel the Way, en recepción no hay nadie, llamo al timbre sin respuesta, aquí estoy un rato hasta que se me ocurre llamar al móvil del Hotel, localizando al hombre con muy buena planta, con muchas ganas de hablar y que por él no existían las prisas para nada, un tipo interesante.

El río Meruelo, a su paso por Molinaseca.
 
    Me encuentro con Alberto, que llegaría más o menos una hora antes que yo, así que después de ordenar un poco las alforjas, asearnos, cargar el móvil etc, salimos a dar una vuelta por este bonito pueblo de sabor medieval.

    Terminamos cenando en el Mesón Casa Marcos, el mismo sitio donde anteriormente nos tomamos unas cervezas,el menú plato de pasta y huevos fritos con patatas.

    Una vez en el Hotel, la experiencia ha sido el de pasar una gran aventura, por mucho que nos quejemos, pero si al final nos gusta.


Más fotos de la ruta de hoy, Aquí.







2 comentarios:

  1. Veo que cada día lo pasaste mejor. Cualquier año vuelves.
    Salud,
    Barrancas.
    (Porque se duplican mis comentarios?

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  2. Se duplican tus comentarios, porque eres muy rápido, je je.

    No me das tiempo, quedan tres días.

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